domingo, julio 9

Visita del Papa a Valencia


El Papa Benedicto XVI acaba de finalizar su visita a España con el V Encuentro Mundial de las Familias.
El tema de este Encuentro era la transmisión de la fe en la familia,como organismo vivo en el que se realiza un recíproco intercambio de dones. Así como la defensa exhaustiva de estos valores, que por el vínculo afectivo se transmiten innatamente a sus descendientes. Sobre todo, el más proclamado y defendido. El amor. Porque tras el amor y el sentirse querido, así como quererse a si mismo, la persona aprender a dar, recibir y a disfrutar de todo lo que le rodea.
No se olvidó de que la familia no sólo son los padres. Nombrando, muy acertadamente, a los abuelos, los grandes olvidados en muchas ocasiones, diciendo: "Ellos pueden ser -y son tantas veces- los garantes del afecto y la ternura que todo ser humano necesita dar y recibir. Dan a los pequeños la perspectiva del tiempo, son memoria y riqueza de las familias. Ojalá que, bajo ningún concepto, sean excluidos del círculo familiar. Son un tesoro que no podemos arrebatarles a las nuevas generaciones, sobre todo cuando dan testimonio de fe ante la cercanía de la muerte".
Pero tampoco olvidó hacer hincapié en la defensa del matrimonio entre un hombre y una mujer como piedra fundamental de la familia "porque ellos son un gran bien para toda la humanidad". Arrancando, sorprendiéndome mucho, una ovación muy amplia de aplausos en todos los asistentes. Pudiendo tener excusa de tradición, de defender conceptos de matrimonio, añadió para rematarme un “para que un niño pueda nacer con dignidad, crecer y desarrollarse de un modo integral”. Todo ello discutible desde mi punto de vista.
Me quedo simplemente con el amor y lo que las personas puedan transmitir independientemente del género que sean.
Ojala nos preocuparamos más por difundir los valores que conceptos de familia...








A la sociedad y la Iglesia aún le queda un largo camino por recorrer